domingo, 15 de marzo de 2009

El País de las Maravilllas


Hoy he aprendido una nueva receta de cocina: si fríes croquetas en una sartén el sábado por la noche y el domingo a mediodía fríes pollo en la misma sartén, el pollo sabe a croqueta. Claro que saltará algún listillo diciendo: ¡ya existen las croquetas de pollo! Pues no, no es lo mismo.

Ayer, sábado por la noche, sola en mi casa, con un par de amigas y más croquetas de las que podríamos soñar, una bolsa de palomitas cancerosas, una peli y un montón de mantas, fuimos las tres personas más felices, por lo menos, de ese edificio. Era de esperar el correspondiente desfase dado que mi familia estaba fuera. Pero no me arrepiento de mi decisión. Algunas veces me da la sensación de no poder concebir un plan tranquilo, aunque me apetezca, porque ir al cine “no se lleva” si no vas a enrollarte con tu periquito correspondiente y si no vas co ese fin “que plan más rancio”, también es difícil quedar una mañana para dar un paseo, ahora que empieza a salir el sol, porque estamos generalmente durmiendo la mona, o simplemente durmiendo, porque cojones lo que nos gusta dormir.

La intención de esta entradilla se adentra en el plano personal, cuando uno vuelve a su casa de madrugada, tan cansado que no es capaz de dormirse. Ayer quise hacer el experimento y los resultados no han sido malos: algunas noches, en vez de quemarlas, puedes dedicarte, simplemente, a mirarlas.


1 comentario:

  1. Yo no voy al cine para el fornicio, y estoy seguro que tú tampoco xD

    Cuando te quedes mirando tanto la noche que no se acaba, que todo parezca eterno y etereo, que te vuelvas a un lado, que te sientas incomodo con la poca ropa que lleves, que quieras más y menos, que haya completa oscuridad y que aún así, sigas viendo cosas, recuerda: Todo es un sueños.

    Nos vemos por las mañanas, dando vueltas.

    ResponderEliminar